Así te puedes mover por Nueva York (ahorrando)

Muchas veces no sabemos cómo llegar a nuestro hotel una vez aterrizamos en el aeropuerto de destino. Por eso queremos contaros cómo solemos contratar los traslados en nuestros viajes. Estos traslados pueden ser desde aeropuertos, estaciones de tren o de autobús, pero en la mayoría de los casos los organizamos desde el aeropuerto, que suele ser el primer punto de llegada.

Nuestra recomendación es buscar en uno de los principales portales de servicios turísticos en español. En nuestro caso, siempre viajamos de la mano de Civitatis, porque nos permite ver opiniones y valoraciones reales de otros viajerosantes de reservar. Esto ayuda mucho a elegir los mejores servicios con mayor confianza. Una opinión puede ser subjetiva, pero cuando hay cientos de valoraciones positivas, es difícil equivocarse.

En su web podéis buscar fácilmente escribiendo en la barra del buscador “traslados + Nueva York” y encontrar distintas opciones según el aeropuerto al que lleguéis: JFK, LaGuardia o Newark. Reservar es muy sencillo y os aseguran un transporte directo hasta vuestro alojamiento.

Por supuesto, también existen otras alternativas más flexibles. Si preferís no reservar con antelación —por ejemplo, si vuestro vuelo se retrasa—, podéis usar Uber o Lyft, que son sistemas de taxis privados muy populares en Nueva York y funcionan de maravilla. El precio del trayecto desde el aeropuerto hasta Manhattan suele rondar entre 50 y 80 dólares, dependiendo del tráfico y del punto exacto del destino.

Otra opción son los taxis oficiales amarillos, disponibles en todas las terminales. Tienen tarifas fijas desde el aeropuerto JFK a Manhattan (por ejemplo, unos 70 dólares con peajes e impuestos incluidos), lo que resulta muy cómodo para no llevarse sorpresas.

Y si queréis algo más económico, también hay autobuses y trenes que conectan los aeropuertos con el centro de la ciudad. Desde JFK, por ejemplo, podéis tomar el AirTrain hasta Jamaica Station y de ahí conectar con el metro de Nueva York. Es la opción más barata, aunque si viajáis con mucho equipaje puede ser algo menos práctica.

En definitiva, lo más importante es elegir la opción que mejor se adapte a vuestro horario y presupuesto. En Nueva York hay alternativas para todos los gustos: desde traslados privados puerta a puerta hasta opciones económicas de transporte público.

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