Si te gusta la comida rápida de Nueva York, seguro que conoces las hamburguesas del Shake Shack, una de las hamburgueserías más famosas de Nueva York.
Cuando abrió no era más que un pequeño puesto en Madison Square Park. Hoy en día, tiene locales por todo el mundo y no deja de crecer, pero sigue manteniendo la autenticidad.
¿Vamos a pegarle un buen bocado a las hamburguesas de Shake Shack?
DE CARRITO DE HOT DOGS A CADENA DE HAMBURGUESAS
Todo empezó en el año 2000, cuando Madison Square Park, que hoy en día es uno de los parques más concurridos de Nueva York, era una zona descuidada y sin demasiados atractivos.
Una de las iniciativas para impulsar Madison Square Park fue una exposición al aire libre, y para acompañarla, el restaurante Eleven Madison instaló un carrito de perritos calientes en el parque.
No era el típico puesto de hot dogs, sino que servían productos con la misma calidad que los del restaurante. Fue todo un éxito, y el carrito sirvió comida durante tres años, hasta que los dueños decidieron mudarse a un pequeño quiosco que pronto abriría en el parque.
Así, en 2004 nació el ya mítico Shake Shack de Madison Square Park. La idea inicial era seguir sirviendo hot dogs, pero pronto llegaron las hamburguesas… ¡y el resto es historia!
DEVORANDO EL MENÚ DE SHAKE SHACK
¿Cuál es el secreto del éxito de Shake Shack? Podríamos decir que son dos. El primero es que preparan comida rápida que mantiene, a la vez, los buenos precios (puedes comer por unos $10 – $15) y la calidad.
El segundo es que, aunque ahora Shake Shack es una cadena presente en varios lugares del mundo, cada hamburguesería se integra en el barrio como lo hizo el primer puesto de Madison Square Park, con productos especiales y promociones únicas en cada local. Verás que en el menú siempre hay Flavors of the week (Sabores de la semana).
LA SHACKBURGER
La hamburguesa clásica de Shake Shack es la ShackBurger de queso, individual o doble. Todas las hamburguesas son de carne de ternera Angus fresca, excepto la vegetariana, la ‘Shroom Burger, que es de champiñones.
También tienen distintos hot dogs, desde los más clásicos hasta una versión de pollo.
Si vas con niños pequeños, puedes pedirles un grilled cheese sandwich, un sándwich de queso fundido entre dos panes de hamburguesa que no está en el menú, pero que te prepararán en un pispás.
Para acompañar la carne, pídete las famosas patatas fritas rizadas, con o sin queso. Para beber, como en la mayoría de sitios de Nueva York, hay una fuente de agua gratis.
Pero, si te apetece algo más, tienes limonada, cerveza o vino. Y, por supuesto, los deliciosos batidos de Shake Shack, que son tan protagonistas como la hamburguesa y sientan de vicio.
Y DE POSTRE…
¡Helado! En Shake Shack la especialidad son los concrete, unos helados en vaso densísimos y muy ricos, aunque también puedes pedirte un cono.
Son más baratos que en muchos lugares de Nueva York y no son de máquina, sino que te los sirven como en la heladería.
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